martes, 5 de abril de 2011

Cinco horas con Mario

CartelAlgunos pensábamos que Lola Herrera que representó esta obra durante 25 años (más de 3000 representaciones) nunca podría ser sustituida. Sin embargo, para todos los que quieran ver la reposición de «Cinco horas con Mario», les animamos a que se acerquen al teatro Reina Victoria de Madrid pues Natalia Millán bajo la dirección de Josefina Molina realiza una magnífica actuación que no queda en nada por debajo de la labor realizada por la veterana Lola Herrera. Natalia Millán tiene carácter propio, no se trata de una burda imitación, y hace un papel tan creíble que hace que desde el comienzo se sienta que quien está en el escenario es Carmen Sotillo, la protagonista y no alguien que la representa.

Carmen Sotillo está velando el cadáver de sNatalia Millánu marido Mario que ha fallecido de forma repentina. Tras el velatorio público (que se representa mediante voces en off) Carmen queda sola con Mario y comienza una larga conversación en la que le recriminará a su marido su actuación en el matrimonio. Sobre todo porque Carmen es una mujer de clase alta de la España de los años 50 y Mario un catedrático de Instituto con ideas menos tradicionales e implicado con la igualdad entre todos los seres humanos y los derechos que debieran ser inalienables para todos ellos. Esto último contrasta con la actitud de Carmen que entiende que el peso de la casa y de sus hijos debe recaer en el servicio y no en ella y que Mario debía haberle proporcionado más comodidades a una persona de su clase.

En ningún momento se habla de forma directa de tendencias políticas, de la dictadura… todo en la línea de Miguel Delibes capaz de abrir las puertas a la imaginación de todos, de modo que cada uno entienda lo que quiera, pero sin dejar explícito nada. No obstante, existe un fuerte conflicto entre los valores tradicionales y el pensamiento que se impondrá con el tiempo y que muestra el espíritu de nuestra democracia actual. En este monólogo intenso de Carmen se abordan temas como la lucha entre las clases sociales, los derechos de los individuos e incluso el racismo. De cualquier modo, tampoco debe demonizarse la figura de Carmen Sotillo, pues hay que recordar que la novela se publicó en 1966 y el estereotipo de persona que representa la protagonista estaba mucho más generalizado de lo que se pudiera pensar.

El montajeEn el transcurso de esta fingida «conversación» entre Carmen y Mario el nivel de nerviosismo de Carmen irá en aumento hasta que, al final de esos 90 minutos que dura la representación sobre el escenario, se derrumba por completo. Pero para conocer los detalles de la obra y el final de la misma será necesario acudir al teatro o, al menos, leer la novela de Miguel Delibes.

Finalmente ofrecemos un enlace desde donde poder obtener entradas (entradas.com) y un breve reportaje sobre la obra.

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